Alrededor del mundo, es cada vez más frecuente ver estructuras con soluciones verdes, que proponen en algunos casos el uso de materiales orgánicos, sistemas constructivos tradicionales y la incorporación de espacios verdes en los lugares donde antes no solía hacerse (azoteas, balcones, fachadas, etc.) Dos de las más novedosas e interesantes propuestas para cuidado del medio ambiente y para mejorar la calidad de vida de las personas que habitan las grandes y densas ciudades son, las denominadas azoteas naturadas o verdes y los huertos de ventana.
En 1920, en su libro de “Los cinco puntos para la arquitectura nueva“ , Le Corbusier ya defendía la terraza jardín como una de las premisas de la arquitectura moderna.
Transformar las grises azoteas en áreas verdes, y los balcones y ventanas en huertos, además de brindarnos nuevos espacios para disfrutar de los elementos de la naturaleza, presentan una serie de ventajas en favor de la ecología, entre las que destacan: el aprovechamiento de las aguas pluviales; mayor eficiencia energética; beneficios a nivel fisiológico y sicológico; y la producción de plantas y vegetales para consumo humano, entre otras.
El huerto urbano tiene cada día más adeptos, personas están descubriendo una afición que les permite desconectar del estrés del trabajo y de la vida de las grandes ciudades. Encontramos ejemplos en ciudades como:
Nueva York (Brooklyn Grange), se encuentra en el tejado de un viejo edificio industrial en New York. Tiene cerca de 2 mil metros cuadrados y en ella se cultivan desde tomates y albahaca hasta zapallos, de forma orgánica.
París (Passage 56/ espace culturel écologique) donde la iniciativa popular ha transformado un pasaje abandonado de la calle Saint Blaise en un huerto ecológico de gestión colectiva.
España también se ha sumado a esta corriente urbanística siendo muchas las ciudades que han empezado a adoptar la horticultura urbana como Madrid, Barcelona, Santiago de Compostela y Granada, entre otras.
Los Huertos Urbanos tienen un importante valor social entre sus participantes, ya que les permite ocupar su tiempo, favorecen la creación de un tejido de nuevas relaciones y mejoran su calidad de vida mediante una actividad física muy positiva para su salud. También tienen un alto valor medioambiental para la ciudad, ya que se convierten en nuevos espacios verdes públicos en los cuales el huerto es el protagonista.
Otros aspectos a destacar son su función de educación medioambiental, mediante actividades para los colegios que permiten a los niños y niñas conocer el mundo agrícola y los principios de la agricultura biológica. También tiene una función social de convivencia entre generaciones, ya que las actividades educativas que se realizan en los huertos urbanos facilitan la relación entre los niños y la gente mayor.
Tanto las azoteas jardinadas, como los huertos urbanos son sin duda soluciones que en unos años serán comunes en muchos lugares, lo que ayudará a transformar las grises ciudades en espacios mucho más vitales y respetuosos de la naturaleza, al hacer un uso inteligente de los espacios inutilizados, transformándolos en productivos y ecológicos.
A una escala mas personal se encuentra el concepto pensado para pequeños espacios como terrazas o balcones, donde las frutas y hortalizas puedan crecer en macetas, jardineras o contenedores.
Si quieres apuntarte en la iniciativa y comenzar tu propio huerto urbano, como es mi caso, existen muchos blogs donde puedes documentarte y sacar algunas ideas.
Links que pueden resultar de tu interés
Manual de huerto urbano (pdf)
Nos gustaría conocer tu punto de vista, opina.